Hace 37 años, en la clínica Loreto
Eran las 12.45 del 30 de enero de 1968 cuando la entonces princesa Sofía daba a luz a su tercer hijo, un varón de 4,300 kilos y 55 centímetros de largo en la ya desaparecida clínica Loreto de Madrid. "A la tercera tiene que ser", contó que se decía a sí mismo el Rey durante la espera. "Es rubio y tiene los ojos azules", anunció. "Su educación será abierta, como corresponde a nuestros tiempos", añadió.
Nueve días después de su nacimiento, el bebé recibía el nombre de Felipe -por ser el último Rey de ese nombre el que inició la dinastía de los Borbones-; Juan -por su abuelo paterno, el conde de Barcelona-; Pablo -por su abuelo materno-, y Alfonso -por su bisabuelo paterno, Alfonso XII, que en ese momento había sido el último Rey de España- y Todos los Santos -como es tradición en los miembros de la familia real-.
El bautizo de don Felipe tuvo unas especiales connotaciones políticas. En los salones del palacio de la Zarzuela coincidieron Franco, el Conde de Barcelona y la reina Victoria Eugenia, que pisó por primera vez España desde su exilio en 1931. Se cuenta de aquella jornada que doña Victoria Eugenia hizo un aparte con Franco y le dijo: "Ahora tiene usted tres Borbón para escoger: el padre, el hijo y el nieto". Don Felipe fue ofrecido a la Virgen de Atocha, como es tradición en la Casa del Rey, que se inició en 1566 con la ofrenda de la princesa Clara Eugenia, hija de Felipe II y de Isabel de Valois. A esa imagen se le atribuye que supuestamente ayudó a Alfonso VI a conquistar Madrid a los árabes.
El derecho de sucesión a la Corona no siempre estuvo vinculado al título de príncipe o princesa. El Principado de Asturias fue creado en 1388 por Juan I de Castilla para su hijo Enrique III.
Sobre la firma
Fue la primera mujer en pertenecer a la sección de Deportes de EL PAÍS. Luego hizo información de Madrid y Cultura. Impulsó la creación de las páginas de Gente y Estilo. Ha colaborado con varias cadenas de televisión y con la Cadena Ser. Ahora escribe en El País Semanal.