jueves 31 de agosto de 2006

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Esperanto

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-No te entiendo.
-agggge mugoooooo friiiiiiiiiiiiiii
-No te entiendo.
-Pero com no me entttttttggggggggde
-No te entiendo ¿sabes?
- agggge mugoooooo friiiiiiiiiiiiiii
-¿Qué?
-Hace mugooooooooo friiiiiiiiiiii.
-Saca el pene de tu boca y habla bien.
-Hace mucho frío.
-Espera un rato y voy a encender el calentador.
-Ya.

domingo 27 de agosto de 2006

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Glamour

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-¿Oye dime quién es la mina que salió elegida gobernadora?
-¿No la conoces Hugo?
-No, no la conozco, creo que hasta la Michelle Bachelet no la conoce, si alguien le preguntara en una rueda de prensa, quién es la gobernadora de Última Esperanza, ella no sabría qué responder.
-Bueno es una mina que le va atraer mucho glamour a la gobernación.
- ¿Glamour?
-Sí, glamour, yo he estado alguna vez con ella cantando karaoke y te digo que ella tiene glamour.
-Que bueno; tú dices entonces que a la gobernación le faltaba glamour.
-Sí, Hugo, le faltaba glamour.
-Sí, glamour…
-Claro Hugo, le faltaba glamour.
-Sí, le faltaba glamour…
-Sí, glamour.
-Claro, glamour.
-Glamour.

viernes 25 de agosto de 2006

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El italiano Carcuro

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El tío de mi amigo había venido de Italia a la Argentina a la edad de 17 años, ya había transcurrido 35 años en Buenos Aires y alguien de la numerosa colectividad le había señalado que estando un año en la bella Italia podría recibir del gobierno una muy buena jubilación. Regresó a su país natal. Solamente tendría que trabajar allí un año luego jubilarse y volver. Era todo un júbilo. Partió a Nápoles y pronto se dio cuenta que la cosa no era tan fácil. Se lamentaba de que la pizza no era tan rica como en Buenos Aires, que había perdido el acento patrio, que producto de aquello era objeto de burla de sus compatriotas, que no era verdaderamente de allí, decía que los mejores tallarines eran los que preparaba su mujer en Lanús y no los de su prima Andrea de Nápoles. Veía que los chicos no eran como sus sobrinos de Argentina, y hasta llegó a comentar, a un pariente por carta, que, hasta los perros ladraban distinto. No lo pudo soportar. No pudo cumplir un año. No se pudo jubilar. Se volvió a Buenos Aires. El pertenecía a ese lugar. Italia quedaba lejos y él realmente era argentino. "No vuelvo más a Italia" le dijo a mi amigo apenas se bajó del avión. "Yo soy argentino", agregó.
Que distinto a ese altisonante italiano llamado Carcuro. Aclaro. Mucha gente que entra a este blog es gente que no es de Chile. Pedro Carcuro es un periodista que relata fútbol, anima programas de tv y curra de lo lindo en este país.
Pedro Carcuro es el más itálico de los itálicos. Es francamente insoportable cuando relata partidos de su querida Italia. A diestra y siniestra y remanidamente deja traslucir su orgullo italiano. Como si eso fuera el leiv motiv de su existencia. Machaconamente reitera, una y otra vez su origen dantesco. Hincha las pelotas a más no poder. Resulta tan patético el hombre, como aquella vez en que transmitiendo un partido de Independiente contra Colo-Colo, llamaba a Bochini, Boquini. "Porque así se pronuncia en Italia". Toda argentina le dice "el bocha" a Bochini, pero él no. Para él, era Boquini.

En Chile cualquiera que tenga un par de gotas de sangre belga, es Belga. Cualquiera que tenga 5 gotas de sangre alemana es Alemán, con 20 gotas de sangre española es Español. Y joden y joden con eso. Una y mil veces. En Puerto Natales hasta hay un tipo que tiene un restaurante con su escudo de armas en la puerta. ¡ES ESPAÑOL!
Si, por ejemplo, un chileno de marras se llamara Omar Jalil Pérez, se dará a conocer ante el mundo como, Omar Jalil P. Ocultando misteriosamente el Pérez. Y si se llamara Omar Pérez Jalil, firmaría como Omar P. Jalil. Ocultando aviesamente el Pérez.
En Chile, casi todos no son chilenos; con gotitas de sangre afuerina son de allá. En Argentina con gotitas de sangre argentina, son argentinos. He ahí la diferencia.

Por eso ese tremebundo personajillo, el italiano Carcuro, le hace falta vivir una temporada en su tierra madre. A él y a tantos de este país, que se creen belgas, alemanes y españoles. Que a todos ellos, Dios los tenga en su santa gloria.

jueves 24 de agosto de 2006

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La cigüeña que vino de París

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el 5 de julio
de 1951
la cigüeña
me trajo de
París.

maldita
puta
cigüeña
deberías
haberme
dejado
allí.

martes 22 de agosto de 2006

"Estoy confundida"


- Dime Leandro ¿cómo está tu relación con Claudia?
- Mira no sé… cada vez la siento muy distante, a veces dubitativa, lejana, luego cariñosa, me abraza, me besa y nuevamente distante, de repente está bien, luego mal, se pone a llorar sin causa aparente, yo le pregunto qué le pasa y ella me dice que nada, que todo está bien, que son esas cosas que tienen las mujeres. Que tiene que ver con el período, con la menstruación, con la ovulación. Luego ríe, quiere un helado, quiere bailar, quiere que la abrace, y yo la abrazo. Un día está bien y al otro día mal. La verdad que no sé qué pensar. Yo realmente la amo y sé que ella también me ama, pero te aseguro que no la entiendo, ella no era así antes. Cambió. Cambió absolutamente.
- Bueno… mientras no te diga que está confundida todo estará bien.
- ¡Qué!...
- Que mientras no te diga que está confundida todo estará bien.
- ¿Por qué?
- Porque si una mujer te dice que está confundida significa que ya te está engañando.
- Perdón... me siento mal, voy al baño.

sábado 19 de agosto de 2006

¿cachai?*


"Es que no creo", me decía ella. "No te creo". Bueno… ya, no me crees. No te creo que hayas hecho el amor durante dos horas sin sacarla replicaba Jennifer. Para darle un toque juvenil al diálogo le digo: "es tu problema cachai". "Es que acaso eres un artista porno "¿cachai?", me decía Jennifer, 20 años no cumplidos. No. No soy Rocco Siffredi, pero te aseguro que si logro abrirte de piernas mal no la vas a pasar. "Es que no te creo". Y dale que dale con el "no te creo". Cambiemos de tema entonces le digo, "¿Qué te parece el lío que se armó en Oriente Medio". "Es que no te creo ¿cachai?" vuelve a decirme. Yo le digo entonces, no continuemos con aquello, si alguien te contó que yo podía hacer el amor un par de horas con una mina, olvídate, eso nunca sucedió. No estoy de ánimo ahora para aquello. Soy travesti, tengo eyaculación precoz, soy eunuco, no me gustan las mujeres, no me gustas tú, "¿cachai?". ¿Y si te digo que sí?, me dijo. La embestí como tren sin frenos y dos horas después me dijo que, ya era hora de separarse de su marido. "Tengo que separarme de mi marido ¿cachai?".

*El verbo "cachar", entre otras cosas, significa "entender". Esta semántica viene del inglés "catch" el cual significa "agarrar". En California, todos los niños juegan al "catch". Consiste en que el papá tira una pelota de baseball y su hijo "la cacha" (la agarra). Entonces, si alguien dice algo, y si el que lo escucha lo entiende, entonces "la cachó". Pero si no lo entiende, entonces "quedó cachudo". Bueno, y si le dijeron algo que recuerda mucho tiempo después, es que era "encachado" (interesante).

El chileno es bien flojo con las "s" al hablar. "vo chachai" es una manera descuidada de decir "vos cacháis". La segunda persona singular, en forma super-informal (más informal que "tu"), es "vo". Entonces el verbo cachar, se conjuga: yo cacho, vo chachai, el cacha, etc ... Entonces "¿chachai?" significa ¿entiendes?

"Cachar" se usa como sinónimo de agarrar. También tiene el sentido coloquial de "sorprender a alguien"; por ejemplo: "Lo cacharon robando" es decir lo sorprendieron robando.
Cachar también significa tener relaciones sexuales. Esta semántica podría venir de "cacho", o sea cuerno. Cachar es también un sinónimo de cornear.
También podría venir del inglés "to catch", ya que en sentido figurado "agarrar" es sinónimo de "coger" que vendría a ser el término con el que en España designan a la misma acción que con "cachar" designa en Sudamérica.



jueves 17 de agosto de 2006

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¡Bienvenidos al Boing!

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Ese chica sí que era complicada. Próxima a cumplir los 30 años no había tenido orgasmos. Por lo menos era lo que ella decía. Dueña absoluta de una histeria inmisericorde, compañera habitual de un progresivo ataque de pánico, enmascaraba todo aquello con una inteligencia superior y un arrollador encanto con el cual hacía gala en las largas noches de invierno de la Patagonia. Hasta que un día nos encontramos tirados en un sofá haciendo el amor.
Pronto me di cuenta que las cosas no estaban para bollos. Que amén de una tarea ciclópea, hacer el amor con ella no sería para nada fácil ni rentable. Me consumiría en el intento y terminaría aprendiendo una nueva forma de hacerlo. Una forma complicada y laberíntica. Era como si en la mitad del océano en un vuelo a Australia, el piloto y copiloto y el tercer piloto se murieran de un infarto. Que pasado el primer impacto de saberse en vuelo en una nave hacia la muerte, llegara la azafata y dijera "¿Quién sabe pilotar este avión?" Nadie responde y uno; yo en este caso, asumiera el mando del avión. Te encuentras en la cabina con un cuadro aterrador, tres pilotos muertos y un lugar en donde hay miles de lucecitas que parpadean intermitentemente y cientos de palabras en un idioma que no entiendes.
Así era hacer el amor con ella. Tenías que hacer que el avión aterrizara, que llegara al orgasmo. Obviamente que la primera y segunda vez nos estrellamos. Después llegué a tomar pista con cierta comodidad. Más adelante lograba hacerlo hasta con los ojos vendados, con aterrizajes preciosos, con aplausos de todos los pasajeros y recuerdo que un día lo hice con el piloto automático. Fue allí que me di cuenta que debía renunciar a pilotar ese avión.
Ciertamente las cosas complicadas no son fáciles de llevar. Ahora ya no viajo a Australia. No piloto aviones. Ahora la cosa es más simple y llevadera. Ahora viajo en tren y veo pasar ante mí el paisaje, las vacas, una bandada de gorriones y todo el cielo azul lleno de adiós.

martes 8 de agosto de 2006

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Adiós a Estella Díaz Varín (1926-2006)

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stella díaz varín

Por Aristóteles España

Para su hijo Rodrigo, sus nietos Felipe y Alvaro; para Claudia Donoso, Elvira Hernández, Leonora Vicuña, Teresa Calderón, Nadia Prado, Diamela Eltit, Andrés Morales, Roberto Contreras.

Partió al País de Nunca Jamás, la Reina de los Sirlos como la llamó Virginia Vidal, la musa de la Mandrágora, la Princesa del célebre grupo literario "El Zócalo de las Brujas". Se fue como parte una gaviota hacia el horizonte o como una estrella que vuelve a una lejana constelación donde alguna vez vivió.
Una de las grandes escritoras de Chile y Latinoamérica, construyó una escritura en los límites del lenguaje y la vida, nos propuso una estética de la cotidianidad con la fuerza de las grandes artistas, sus palabras estaban llenas de orillas e imágenes de pájaros que inundaban el mundo con sus graznidos de ausencia. Así era ella, transformaba la realidad para hacerla más digna de ser gozada.
Alone la comparó con Vicente Huidobro; Enrique Lihn decía que era una de las pocas artistas con voz propia en nuestro país; Pablo de Rohka consideraba que era la Estrella (como su nombre) de la literatura chilena después de la mitad del siglo XX. Compartió la bohemia de los años 50 en Il Bosco, y otros espacios de la época, en recitales memorables en el Parque Forestal junto a Pablo Neruda, Francisco Coloane, Carlos Droguet, el mítico Chico Molina, Luis Oyarzún, Jorge Millas, Martín Cerda, Luis Sánchez Latorre.
Por nuestra parte, la conocimos a fines de los años 70 en casa de la poeta y fotógrafa Leonora Vicuña. Celebramos el cumpleaños de alguien. Estaba Jorge Teillier, Germán Arestizábal, José María Memet, Ramón Díaz Eterovic, Alvaro Ruiz, Verónica Poblete, Bárbara Martinoiya, Rolando Cárdenas, y otros fantasmas amigos de la época. Allí nos contó de su vida en Santiago, de cómo a los 16 años le escribió un poema al Traidor González Videla, al igual que Neruda. "A los 16 años uno se equivoca, me dijo", mientras bailábamos una polka y brindamos por una amistad que se prolongó hasta el día de su muerte. Habíamos leído "Razón de mi ser"( 1949); "Sinfonía del hombre fósil"(1953); Tiempo, medida imaginaria (1959), libros fundamentales pero absolutamente desconocidos.
Le gustaba recitar "Los motivos del lobo", de Rubén Darío, ciertos versos de "Las Flores del Mal" de Baudelaire y solía inventar poemas de autores inexistentes con los cuales se burlaba de sus auditorios. Dura Stella, le decíamos y ella se reía como una niña grande que hace maldades.
Nos propuso una estética de la fuerza contra la adversidad. Nadie como ella la vivió en carne propia. Ignorada por su partido, por academias y círculos literarios fue, sin duda, la más grande de todas. Admirada, arrogante, estuvo ajena al poder y la gloria. Pudo haber sido Agregada Cultural de nuestro país en cualquier rincón de la tierra, pero su actitud crítica, mordaz, llena de entusiasmo y sabiduría le impidieron muchos honores de parte de las instituciones del Estado de su propio país. Sin embargo, fue reconocida por sus pares, y este jueves 15 de junio fue homenajeada por los artistas chilenos. Nunca habíamos visto a tanto poeta junto nos dijo una escritora amiga. Discursos de la Sociedad de Escritores de Chile, lecturas de amigas y amigos, actores, músicos, titiriteros, niños poetas, cineastas, escritores de la más diversa animalidad y especie se dieron cita para darle la despedida final. Su legado será eterno. Habrá que solicitarle a las autoridades construír una plaza con su nombre o tal vez un parque donde puedan llegar los jóvenes -quienes más la lloraron- a leer sus versos, a enamorarse en primavera con sus textos de "Los dones previsibles" donde habla de la nostalgia como ríos azules que se dibujan en los ojos del cielo. Los autores cubanos la incluyeron en su Colección de Clásicos de nuestra lengua; publicada en Argentina, EEUU, Perú, Colombia, aquí en nuestra Patria Feliz del Edén, recibió, como todos los grandes artistas, como Gabriela Mistral, el Pago de Chile. Su obra se encuentra en el portal de "www. google.com".

SANTIAGO, JUNIO 15 DE 2006
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A pesar de Don Francisco seguimos existiendo

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El espíritu invadido por maravillosos ensueños se arrastra miserable por este país sin nombre donde la realidad dulcificada ahoga nuestro destino; debido a esto la mayoría de las personas se equivocan al ir a las farmacias con el propósito de satisfacer sus bajos instintos; en contraposición al zapatero, que nunca soslaya lo impredecible, como por ejemplo en los hospitales, en donde la mercadería se exhibe fresca y al instante. Una gangrena verde verdaderamente exquisita, dos ojos de Miss Simpatía suspendidos y tumefactos, una liendre de cocodrilo y veinticuatro minutos de sesenta horas, porque es evidente que "la sucesión de instantes que lucubra un elefante en su relación intemporal con la Carretera Austral, es la que nos lleva a desencontrarnos con nosotros mismos"; dijo la ardilla y se sonrió.
Como dijo aquel poeta de Lanús: "La poesía se prostituye en nuestros bares como una vulgar mujercita de piel de jade y caderas elásticas", los poetas están extraviados en el exilio de su sombra, el deseo de fama es la fiera devoradora del talento. Muchas becas para ganar, muchas chicas para follar. Seres locos, maniáticos, feéricos, insoportables, seres originales y depresivos. Caminamos mucho para ir a ninguna parte ¿Cómo encontrar a Luzbel y establecer un pacto de caballeros? El pasado es una extensa sombra en el desierto del presente, somos perseguidos por nuestra propia sonrisa, los negros presagios navegan a plenitud por el mar de nuestras cobijas, los puertos se encuentran vacíos, el agua se despide del mar y Alex-Olivier Oexmelin danza frenético en la bahía.
Un fluir de perros en la noche, una lontananza de intolerancia cero, todo irreal, todo payasesco e irremediablemente neutro. La primera vez que observé esta situación, me encontraba saboreando esas herramientas que utiliza una dama para embellecer su menopausia, mujer que en el esplendor de su vida, rehace su historia vital para imprevistamente encontrarse ante la tumba de su nieto ¡Escucha Cachivache! Y es en ese instante en que se percata que ya nunca más lo verá corriendo con la camiseta número 5 del Club Bories. Y la muerte rondando como la abyecta mosca a la flor, en este jardín inmenso de estupidez y desamparo. El futuro, si existe, está más allá de las estrellas, y nosotros acá, perdiendo el último tren a Guillón.
¿Quién habla hoy día de la gran poeta chilena Mónica Arnedillo? ¿Cuál es la antología de nuestros diletantes antologadores siempre antologados, en la que se menciona a esta grande entre las grandes? Aquella que en 1951, en un alarde de profecía hermética escribía estos versos: "Tu amor se convirtió/en un gol de Colo Colo/Lleno de amaneceres/entre filtros de sol/apasionado/nos amamos…/Y haciendo footing/navegamos entre nubes/dejando a Picasso/que cantaba rock/en un estadio azul/lleno de adiós.".

En estos momentos la semilla del insomnio ha penetrado en nuestros ojos, la brisa trae quejidos de algún barco pirata, los arrecifes son tan inciertos como los exámenes de orina; ya nada importa, ser médico, maleante, ministro o carnicero es la misma agonía. Los ciegos despiertan a la luz y gorriones celestes se posan al borde del sol, pero también es cierto que muchas veces la mierda que utilizamos en mampostería, no es necesariamente sinónimo de caca, pero ¿Cómo verificarlo? De ninguna manera podemos caer en la declaración del jovencito aquel: "Yo no intenté matar a Su Excelencia Sr. Delincuente; sucede que andaba cazando chacales y él, ¡Maravillosamente! se interpuso frente al punto de mira, después Ud. sabe, se vendó la mano mientras Lucía se desabrochaba la bata. ¿Desean crucificarme? Bueno está bien… pero antes quiero escuchar una vez más a Ginette Acevedo cantando "Que bonita es mi Tierra". Dudamos tanto… la duda corroe el alma y se enquista en el omóplato, al lado de luciérnagas amarillas, doradas, efímeras ¿Cómo creer en la higiene que ofrece una prostituta o un candidato en campaña? Las ladillas indican que el amor puede picar en cualquier parte, en el pubis o en la tribuna. El día es la noche disimulada, animales flotantes bailan en el cielo, somos; ¡Los Eternos Practicantes! El amor es el odio ataviado con la máscara del incauto; pero a pesar de todo, a pesar de nosotros mismo, lideramos nuestras formas y avanzamos firmemente hacía el horizonte encadenado al ritmo frenético del tiempo, de este tiempo maniatado por sus cuatro costados, y exclamamos cual Mahoma en uno de sus hadices "La intención vale más que la acción".
¿Qué recuerdo tenemos hoy de Kart von Rokitansky, dulce y tímido médico alemán que realizó más de 30.000 autopsias, y que fue dueño absoluto de todos los cadáveres? ¡Oh alemancito simpático y bonachón! Desde Natales mi recuerdo y una sonrisa irónica a tu excelsa labor.
Seguramente astutos lectores, habrán observado la lucidez que emanan estos escritos, comparados con los discursos de la Presidenta, pero no, no hay tal; ya no es el tiempo de Sófocles ni de Virgilio, los magos ya no sacan conejos de sus galeras y ya solo nos queda la certeza del Halley. Como dijo el zorro cuando lo pillaron robando aparatos de TV. "Yo solamente quería pensar".
No es que las líneas onomatopéyicas del lenguaje se encuentren obturadas, no; lo que sucede es, que la actitud que ha adoptado el señor Margoni da como para pensar en aquellos caballos que otrora hacían las delicias del indio patagónico, y era; en aquellos vastos dominios en donde galopaba tan velozmente nuestro Embajador en Argentina, y en este mismo instante dejo planteado el siguiente interrogante: ¿Será verdaderamente más perjudicial las hojas que caen en otoño que aquel Ministro de Hacienda que gime por sus compañeros desaparecidos? ¿O será más importante la libertad que se mueve en los rincones que el libertinaje en la casa de Oyarzo?.
Seguramente esto a más de alguno le puede llegar a resultar extraño, pero no es así, ya que el cuchillo del cacahuate de ninguna manera es tan detonante como una muerte en Palermo; por ejemplo. Es muy posible que el Director de la Orquesta Filarmónica piense lo contrario, en fin… Hegel ya está muerto y yo me emborracho en las esquinas con mis amigos, los mendigos.
Para situarnos en el resbaladizo tiempo, diremos que a pesar de Don Francisco seguimos existiendo, continuaremos chupando de este hueso, aunque sea a mordiscones, realizaremos el total del viaje.

miércoles 2 de agosto de 2006

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Santa Pamela Betanzo

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La conocí en el Hotel Internacional en San Telmo. En la cocina del Hotel Internacional, que de internacional no tenía nada. "Te presento a Pamela" me dijo la encargada del hotel.
La encargada del hotel era una argentina rubia, linda e histérica. A veces era más linda que histérica, otras, más histérica que linda. La encargada, con esa filosofía barata aprendida en años de calle y delirio, comentó después de las presentaciones de rigor: "Ché; ¿por qué ustedes no arriendan una sola habitación y así les sale más barato?". Pamela y yo nos reímos a destajo, es que recién nos había presentado y ya nos decía que viviéramos juntos por una cuestión de economía. Verdaderamente la encargada argentina,rubia,linda,histérica, se las traía. Fue así como conocí a Pamela. Fue así como aquella misma noche comencé a vivir con Pamela. La encargada estaba loca, nosotros también. Mi vida con Pamela -ahora lo pienso- fue una vida que mereció vivirse. El alma más grata del universo. Mujer de pocos recursos en aquel entonces, se afanaba en ayudar a quien se lo pidiera, con una papa y un tomate hacía el manjar más exquisito que pudieras probar. Solícita hasta decir basta. Exudaba amor a raudales. Por la humanidad, por los amigos, por mí. Bienamada de la lluvia, solía deambular casi desnuda cuando el aguacero arreciaba en Buenos Aires, nadie podía disuadirla de que no lo hiciera. Entraba y salía de la lluvia una y otra vez. Preocupada de todo el mundo, vivía despreocupada de ella. Usaba una risa gigante que te la voglio dire. Se reía y alrededor revoloteaban mariposas. Parecía más grande de lo que era. Un andar mistraliano y con capote era su sello. En aquella época cuidaba niños y realmente no sé si le pagaba por aquello, ella decía que sí. Me amaba con pasión, descaro y fatalmente. Yo también la amaba, no tanto como ahora, pero sí, la amaba. Pero era difícil entender a Pamela. Es que nadie podía entenderla. Pamela era de otro lugar, de otro planeta, de origen desconocido, en donde no campea la maldad, el engaño y las violentas sirenas que desgarran la noche. Puedo asegurar fehacientemente que era la mejor de todas. Después, como siempre sucede, muchas cosas pasaron y la vida nos separó. Cosa de la distancia, el olvido y el tiempo inexorable que se afana en darnos cachetazos una y otra vez. Alguien me comentó que Pamela -ya viviendo en Santiago de Chile- salía los fines de semana a brindar -con un grupo de amigos- refugio a los numerosos pobres de nuestro país que viven bajo los puentes, le lleva una taza de café caliente, una manta, una caricia y palabras de amor como siempre hizo. Con todos y conmigo. Santa Pamela Betanzo.

Parte de esta historia se la conté a mi hijo, él viajó a Santiago de vacaciones y quiso conocer a Pamela. Cuando volvió, me dijo: "Papá; es verdad".
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El fútbol y el Espíritu Santo

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Cuando yo era niño, tenía un mundo por jugar; sobre todo fútbol, los días eran largos y amables. Las nubes sobre el cielo de la Patagonia, el horizonte lleno de goles. El juego del trompo y la bolita no podían esperar. También el jueguito del zuncho, que se hacía con el cintillo que traían los barriles de vino, acompañábamos al zuncho con un alambre con vueltita y lo girábamos y girábamos. El frenesí de jugar en la Patagonia. Todo se reducía a una sola cosa. Jugar. También cazar pajaritos con hondas, una maderita con forma de Y, dos elásticos y una bandita de cuero amarrada con hilo al medio, una piedra y chau pajaritos. Ahora aquello puede sonar cruel, en nuestros tiempos no lo era.
Pero de pronto se interpuso en mi vida, Dios. Y junto con Dios, la iglesia de la cual era militante mi abuela, mi abuela María. Mientras mis amigos jugaban y jugaban, yo partía con mi abuela a una iglesia ubicada en calle Arauco, la Metodista Pentecostal, una de las iglesias más recalcitrantemente fundamentalista que existe.
Todo el juego por jugar y yo metido en la iglesia, cantando coritos, hincándome, alabando a Dios, y rezando por nuestras pobres almas perdidas. Debería hacer algo rápido, inventar un juego allí, en la iglesia, ya no soportaba tanta beatitud. Y lo logré. Casi sin darme cuanta inventé el juego más glorioso del cual tengo memoria. Jugué el juego del niño tomado por el Espíritu Santo. El elegido de Dios. Cerraba mis ojos y deambulaba por el recinto hablando lenguas extrañas. La total posesión. Pasaba entre la corrida de asientos haciendo de las mías. Le pisaba los callos al Pastor, siempre hablando en lenguas. Un agarroncito a la chica que me gustaba, un puñete sin querer el chico que me caía mal. Y los hermanos entusiasmados con el niño que lo había tomado el Espíritu Santo. El Pastor con las manos batientes y diciendo, ¡Aleluya, Aleluya hermanos!, alabado sea Dios, Dios está acá y a hecho su obra en este niño. Amén respondía la concurrencia. ¡Amén, Amén, Amén hermanos Alabado sea Dios.

Evidentemente era el mayor espectáculo de Puerto Natales, sino de la Patagonia entera. Esto ocurría todos los sábados. Ya no sentía dolor en ir a la iglesia con mi abuela, sino que esperaba impaciente el sábado para ir y brindar mi función. Fueron dos meses de frenesí religioso. La iglesia aumentó su cantidad de fieles, el Pastor me recibía con honores, verdaderamente yo me sentía un actor de la Paramount de aquel entonces, mi abuela emanaba una santidad nunca antes vista. Durante la semana ya no me regañaba como antes. Me permitía comer todos los dulces del negocio, me trataba con un cariño sobredimensionado. Pero en esta vida todo acaba. Y acabó de la peor manera. Ya que cuando estaba hablando en lenguas, junto a un… zarapalanda belanda rami turonagua, se me salió un: "puta que cansa esta güebá". Primero fue una risita aislada, después toda la iglesia prorrumpió en una carcajada general y hasta ahí nomás llegó mi carrera de niño poseído. Mi abuela me sacó de la iglesia tomado de las orejas, me dejó un mes sin dulces y nunca más me llevo a la Iglesia Metodista Pentecostal. El resto del tiempo, volví a jugar al fútbol, al trompo, las bolitas, al zuncho, a matar pajaritos con honda y a ser el chico normal y juguetón que siempre fui. Amén Hermanos.

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